Hay una cosa a la que es necesario que te acostumbres, y es a leer todos los días (como un breviario) alguna cosa buena. A la larga penetra [...]. Nadie es original en el estricto sentido de la palabra. El talento, como la vida, se transmite por infusión, y hay que vivir en un ambiente noble, adoptar el espíritu de sociedad de los maestros. No hay nada malo en estudiar a fondo a un escritor con un genio totalmente diferente al que uno tiene, así no puede imitarlo.

Gustave Flaubert a Louise Colet, 7 de junio de 1853.

Promesas

Te prometo un mundo con dos terceras partes de agua y una de tierra. Te prometo perros y gatos y peces y pájaros, y cosas que jamás conoceremos. Te prometo una ciudad atestada de mendigos, frecuentada por ladrones y abarrotada en horas punta. Te prometo retrasos de media hora o más en los trenes de cercanías, músicos furtivos y poetas de andar por casa. Te prometo una juventud estridente y una vejez quejumbrosa.
Te prometo que nos costará criar a nuestros hijos, y que debajo de esos ojos marrones tuyos aparecerán dos marcas púrpura, y en los lados hasta patas de gallo (admítelo, todos nos hacemos viejos). Te prometo que nuestros pequeños dejarán de ser tan pequeños y tan nuestros, que se irán de casa y que te faltarán lágrimas para llorarlo. Te prometo que trabajo no te va a faltar, ya sabes cómo somos los hombres, y que de vez en cuando olvidaré darte las gracias. Te prometo alguna que otra enfermedad pasajera, varios baches y averías, daños colaterales. Te prometo sangre, sudor y lágrimas, noches sin dormir y pesadillas imborrables.
Pero también te prometo estar ahí.
Felicidad
Paul Gauguin
Barcelona, 27 de febrero de 2011

1 comentario:

Mariona dijo...

grandespequeñashistorias.