Somos partidarios de trepar al árbol, de columpiarnos y montar las ramas más pequeñas; sentimos la intensa necesidad de dejar la mano cerca de las brasas, cada vez más cerca, esperar, seguir, cerrar los ojos y saber que podemos más que el fuego. Nuestra afición favorita, atarnos una piedra al cuello con un triple nudo marinero, saltar al mar y ver lo buenos Houdinis que nos vuelve la falta de oxígeno. Adoramos tirarnos por el precipicio y que media piel de nuestros brazos se quede colgando del pico de un peñasco. Nos vuelve locos creernos morir, ese momento anterior, esa lujuria por la vida que nace justo antes de perderla.
Somos fanáticos de tenerlo todo bajo control, de saber que podemos morir si nos da la real gana. ¡Qué importa el mundo! Nosotros somos el mundo, y por eso no vemos nada más que el uno al otro cuando cerramos los ojos. Rosas de piedra prendidas en llamas, si nos buscamos es porque quemarnos desde el otro es morir a cada momento, pero lo que no entendemos (lo sabemos como nadie pero lo ignoramos como todos) es que podemos decidir cuándo morir, pero no cuándo no hacerlo, y si no nos acostumbramos a la pasión de ver la muerte es porque una vez cualquiera se convertirá en la última.
Sin título Jackson Pollock |
Barcelona, 25 de marzo de 2011
1 comentario:
"Nos vuelve locos creernos morir, ese momento anterior, esa lujuria por la vida que nace justo antes de perderla." ...me ha encantado :)
J.
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