Hay una cosa a la que es necesario que te acostumbres, y es a leer todos los días (como un breviario) alguna cosa buena. A la larga penetra [...]. Nadie es original en el estricto sentido de la palabra. El talento, como la vida, se transmite por infusión, y hay que vivir en un ambiente noble, adoptar el espíritu de sociedad de los maestros. No hay nada malo en estudiar a fondo a un escritor con un genio totalmente diferente al que uno tiene, así no puede imitarlo.

Gustave Flaubert a Louise Colet, 7 de junio de 1853.

El espejo

Había dos hombres ante el espejo. Cada uno en su habitación, ocultos casi siempre de la inquietante existencia del otro, y perdido cada uno en el de allí intentando encontrarse a sí mismo. Había minutos de los dos que se escapaban con los ojos fijos en esa mirada triste, esos ojos grises que ya no eran verdes y en las piedras de jade de sus propios universos se respiraba una sublime miseria, una peste a decadencia de sudor y saliva. Cruzaban puentes sin verlos, sin dejar de mirar abajo porque delante ya no veían nada y es que quizá ya no había nada que ver, y cuando de vez en cuando se tocaban sentían que colisionaban en el ser el uno y el ser el otro por un momento eterno de juicio final, solo que no era tan final, sino siempre el penúltimo.
Había dos hombres ante el espejo, frente a frente. Uno soy yo, al otro no lo conozco.
mirror ball #4
 Craig Stephens
Barcelona, 12 de junio de 2011

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Había un hombre delante de un espejo...
...empañado, como el bao le impide ver quien es, se pinta una imagen y se va, intentando convencerse de lo que ve, olvidándose de quien es, escribiendo el verso perfecto...

Interesante este rincón de versos y pensamientos...

S.F. dijo...

Para no querer que hablemos del escritor nos lo pones muy dificil, aún así no está nada mal . Sigue en esta línea de "escritura" y es posible que consigas aclarar a este personaje que une todos tus relatos

Anónimo dijo...

Si Misael, cada vez que te observamos vemos a los dos hombres, uno lo emos visto siempre pero al otro no lo conocemos, al verte eres el de siempre, solo un poco más viejo (más con la barbita que llevas por la calle), al oírte, explorarte, buscar en tu interior, sinceramente, no te conozco.

Ojalá y al que vemos fuera el que realmente conocemos. A veces me gusta imaginar que te han raptado, que al que veo es tu doble, el de la otra parte del mundo y que tu lloras encerrado, amordazado, LLORAS, no te parece increíble, el genial sr. Misael Fernández García ¿Llorando?

¿Nos conocemos? Si y mucho.
Un abrazo. (simpre los escribo por que cuando te veo, qué lejos, no llegan mis brazos a ti, pero si lo hicieran, ¿no los apartarías?)

Anónimo dijo...

"Todos los personajes y situaciones de este breviario son ficticios."
¿Sigue siendo eso cierto?
Cuando leo tus textos inconscientemente concibo la esperanza de que el chico del que hablas exista (no digo que tengas que ser tú, para nada) y luego leo los comentarios y me confundo, y pienso que quizá leerlos no es tan buena idea, y que quizá debería dedicarme a leer únicamente tus textos ficticios... ¿Por qué se empeñan en relacionar al chico de los textos contigo? ¿Por qué dicen que tú eres tan diferente a él?
Yo no te conozco M. Fernández, conozco a tus personajes y sus historias.
Si la afirmación primera sigue siendo cierta deberías dejarla clara, nuevamente, y dedicarte a seguir escribiendo; si no lo es... creo que yo no soy nadie para decirte lo que tienes que hacer.

Creo que esta historia es una de las más bonitas que has escrito.

J.

M. Fernández dijo...

Repito, para J. y para los demás: la historia que se narra en Breviario no tiene nada que ver con la realidad. Quien, como S. F., haya sabido relacionar los textos se dará cuenta de que hay una historia detrás de todo, una historia que, como en Rayuela en la literatura, como en Tarantino en cine, como en tantas otras obras, se va completando a trozos, se va aclarando poco a poco, y nada está porque sí. Sólo se trata de atar cabos y de ir descubriendo el Breviario completo, poco a poco, un Breviario que, como todo, un día tiene que llegar a su fin.
Gracias por la lectura.

Anónimo dijo...

No has entendido nada...
Aún así, espero con ansia el próximo subtexto de este Breviario.

J.

S.F. dijo...

me alegro de haber acertado en algo, seguiré leyéndote hasta descubrir el final, que es lo que más me interesa. Como dice J. no has entendido nada, pero, bueno , ya lo entenderás .Que escribas de maravilla no significa que todo lo hagas igual . Con mucho cariño, de tu mayor admiradora

Anónimo dijo...

Si intentaras entender los comentarios como pretendes hacer con los científicos, no solo leerlos, comprenderlos, tal como lo intentamos con tus textos, entenderías lo que te intentamos decir, sé tu mismo. Más claro el agua. VUELVE.

Un abrazo (no lo apartes por favor).

L.T dijo...

Me sigue gustando lo que escribes,aunque a veces cueste entenderte.Pero de verdad esperas que nos traguemos que son ficticios y no tienen nada que ver con la realidad? He leído mucho, y muy diferente lectura,y te aseguro que cada letra queda impregnada de alguna manera,de la mano que la escribe.Lo siento Misael, ya sé que no te gusta nada esto, pero estoy totalmente de acuerdo con J,Sé tú mismo!! Me niego a aceptar que aún no te has dado cuenta de lo vacías que son tus letras, aunque suenen muy bien.VUELVE POR FAVOR.Te espero

M. Fernández dijo...

Ya que muchos han decidido ser claros, yo también voy a ser muy claro, a ver si así consigo algo: NO VOY A VOLVER. Y dejad de hacer del blog una discusión sobre lo que tengo que hacer o no. Quien me quiera decir algo referente a mi vida privada, que me envíe un correo privado; tengo derecho a que mi vida privada lo siga siendo, tanto como cualquier persona que no la haya vendido. Me parece que no os dais cuenta de lo molestos que podéis ser haciendo públicos esos comentarios en lugar de haciéndolos privadamente y dando la cara, en lugar de con siglas y "a ver si sabes quién soy".
A los que me respetan, gracias.

Anónimo dijo...

Ya hemos dado la cara, y aún así, sigues sin entender nada. Pensaba que eras más inteligente...No has sabido leer entre líneas,sólo las escribes.Ésta será la última vez que comentaré tus líneas. Déjame sólo decirte algo:No dejes que lo que has aprendido quede en saco roto, pues hasta ahora has sido muy feliz.

Anónimo dijo...

Los que alabamos tus creaciones, a veces,tampoco damos la cara, utilizamos el "anónimo". Tanto te gusta que te digamos lo guapo que eres y lo bien que lo haces??

Anónimo dijo...

No tienes ni idea Misael!!Da la casualidad que prácticamente los únicos que nos tomamos la molestia de comentar tu breviario, somos precisamente los que más te queremos.Como dice J:MAS CLARO EL AGUA!!!Ya he intentado decirte muchas cosas cara a cara y de nada ha servido. Señores:!ESTE ES EL GRAN MISAEL!!!BRAVO

Marina G. dijo...

No le veo sentido a tanta "polémica". M. Fernández escribe, escribe en su blog, todos tenemos la libertad de leer y quedarnos con eso, de leer y expresar lo que pensamos o de dejar de leer. Partiendo de un pensamiento tan obvio, se están haciendo alusiones a la vida privada de M. Fernández, cuando él no lo ha buscado. Creo que todos sabemos el significado de la palabra respeto y deberíamos ponerlo en práctica. Tanto si hay referencias a su vida o no en SUS textos, poco o nada nos debería importar, nadie es nadie para hablar sobre la vida privada de nadie AQUÍ; la libertad de uno termina cuando empieza la del otro. Si me he confundido en algo, pido disculpas.

M. Fernández, yo te animo a que sigas escribiendo como lo haces, a que sigas escribiendo como tu te quieras expresar (o como las palabras se quieran expresar).

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo contigo, creo que aqui no se deberia hablar de la vida personal del autor,hay otras maneras en las cuales podemos expresar lo mucho que te echamos de menos.
Esto no debe de ser el cuento del gato y el ratón para eso estan los cuentos.Sigue escribiendo y no nos olvides nunca.