Me alejo, me acerco. El mundo gira bajo tus pies y tú no te das cuenta. Hay tanto de espera en la esperanza...
Me alejo, te acercas. Hay una cadena que me ata de ojos a tu boca y en medio sopla el viento y nos abofetea la mano de ese algo que nos prohíbe.
Me acerco, te alejas. A veces te veo en cualquier sitio, un espejismo por culpa de la sed que te tengo. A veces sé que sabes que te estoy mirando, a veces sabes que sé que finges que no lo has visto. A veces, no sé si lo sabes, pero no quiero mirarte.
Me alejo, te alejas. Vuelvo a pasar los días mirando tu recuerdo en mis manos, y el tiempo pasa, como tú, como yo, que en la seda de tu pelo dejé escrita una caricia por si quieres volver a leerla.
Barcelona, 6 de septiembre de 2012
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