Hay una cosa a la que es necesario que te acostumbres, y es a leer todos los días (como un breviario) alguna cosa buena. A la larga penetra [...]. Nadie es original en el estricto sentido de la palabra. El talento, como la vida, se transmite por infusión, y hay que vivir en un ambiente noble, adoptar el espíritu de sociedad de los maestros. No hay nada malo en estudiar a fondo a un escritor con un genio totalmente diferente al que uno tiene, así no puede imitarlo.

Gustave Flaubert a Louise Colet, 7 de junio de 1853.

Levántate y anda

Está ahí, de pie, cada vez más lejos. Me mira, me clava los ojos, siempre quise mirar esos ojos pero ahora se alejan, se vuelven pequeños, se mueren de mi vista. Y la sombra me persigue, lo sé. Hoy me persigue de verdad. Camino, lo intento, piso el suelo pero no piso más que a mí, me resbalo, tropiezo y me caigo. Levántate, vamos, no es la primera vez, aunque esos ojos ya no te miren porque ya no están puedes levantarte, pero no funciona, y estoy ahí tirado, en el suelo. Levántate, la sombra te persigue, tienes que levantarte y correr, pero para qué, los ojos de la fortuna ya no me miran, para qué me voy a levantar ahora. Imagínate, antes jugabas al cíclope con ella y ahora ya no está, ¿la ves?, pues yo tampoco. A dónde vas, digo, pero no me oigo, y no puedo llamarla porque no sé si se llama fortuna o vida o si se llama, y ya se ha ido, pero no la sombra, la sombra viene y yo no me levanto, no puedo, toda la vida corriendo y ahora te paras, te caes y esperas y no sabes ni lo que esperas. Sí, sí lo sé, sólo espero que esto acabe, y ella no va a volver y nadie va a venir a levantarme, qué faena, tan joven, tan niño y te rindes, y la sombra llega, está muy cerca, ¡levántate!, pues que me levante alguien porque yo no puedo.
¿De dónde ha salido esa sombra, qué quiere, quién es, qué pasa? Nada, no preguntes y levántate, no quieras saberlo, mamá te lo decía, quien con fuego juega se quema, y se mea en la cama, también, pero por qué corre, por qué corre una sombra, quizá no exista y esa sombra eres tú, soy yo, como esa de la tele. Mira como corre, si casi parece que vuela, y se acerca, y sé que viene a matarme, pero no voy a levantarme porque ya estoy cansado de todo, a la mierda con todo, estoy cansado de todo, todo, TODO qué gran palabra y qué poco sentido, y da igual que te arrepientas ahora porque no hay nadie para levantarte, me duelen los pies de perseguir un fantasma, un fantasma precioso pero fantasma, y la sombra es otro fantasma, los fantasmas no pueden hacerte daño pero ya me duele y aún no me ha tocado pero está ahí, ya casi le veo la oscuridad de la boca y la oscuridad del vientre y de los genitales, todo oscuridad, es una antítesis de todo basta ya que no toca ponerse profundos despídete de todo so long so long y la veo oscura y ya está llegando y me duele no sé el qué y me muero y están todos mis enemigos aplaudiendo y la sombra me toca y entonces me despierto.

Barcelona, 2 de febrero de 2011

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