Hay una cosa a la que es necesario que te acostumbres, y es a leer todos los días (como un breviario) alguna cosa buena. A la larga penetra [...]. Nadie es original en el estricto sentido de la palabra. El talento, como la vida, se transmite por infusión, y hay que vivir en un ambiente noble, adoptar el espíritu de sociedad de los maestros. No hay nada malo en estudiar a fondo a un escritor con un genio totalmente diferente al que uno tiene, así no puede imitarlo.

Gustave Flaubert a Louise Colet, 7 de junio de 1853.

Aviso para navegantes, II

He tomado la firme determinación de volver, y de hacerlo, como se suele decir, para quedarme. Sobran las palabras, y en alguna parte hay que colocarlas, y entre estar en misa y repicar yo me quedo con repicarlas. Las palabras han empezado a inundar el universo, a invadir el planeta, a hacerse con nosotros, a estar en todas partes, y matarlas es inútil: las palabras nacen, nacen, nacen, se nutren del silencio que antes presumía de omnipresencia, y no mueren jamás. Cualquier palabra, hasta la más pequeña, siempre está ahí, esperando, y esperará hasta ser recogida o hasta ser dolorosa, y cuando una palabra duele, duele para siempre.
Vuelvo porque me quedan muchas formas de contar la misma historia y yo soy el único que la conozco… o al menos que sabe que la conoce y puede recordar al resto que esa misma historia es una sola pero es todas, es mi, tu, su, nuestra y vuestra historia. He vuelto a contar la historia de cualquiera que se crea historiable, de cualquiera que pueda vivir como palabra, que pueda ser apalabrado. Las palabras, en ese sentido, no suelen discriminar a nadie. La eternidad es una palabra que nos puede llamar en cualquier historia.
A Kind Of Loving
Jack Vettriano
Barcelona, 25 de abril de 2011

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias por volver... ya te echaba de menos.

J.