He tomado la firme determinación de volver, y de hacerlo, como se suele decir, para quedarme. Sobran las palabras, y en alguna parte hay que colocarlas, y entre estar en misa y repicar yo me quedo con repicarlas. Las palabras han empezado a inundar el universo, a invadir el planeta, a hacerse con nosotros, a estar en todas partes, y matarlas es inútil: las palabras nacen, nacen, nacen, se nutren del silencio que antes presumía de omnipresencia, y no mueren jamás. Cualquier palabra, hasta la más pequeña, siempre está ahí, esperando, y esperará hasta ser recogida o hasta ser dolorosa, y cuando una palabra duele, duele para siempre.
Vuelvo porque me quedan muchas formas de contar la misma historia y yo soy el único que la conozco… o al menos que sabe que la conoce y puede recordar al resto que esa misma historia es una sola pero es todas, es mi, tu, su, nuestra y vuestra historia. He vuelto a contar la historia de cualquiera que se crea historiable, de cualquiera que pueda vivir como palabra, que pueda ser apalabrado. Las palabras, en ese sentido, no suelen discriminar a nadie. La eternidad es una palabra que nos puede llamar en cualquier historia.
A Kind Of Loving Jack Vettriano |
Barcelona, 25 de abril de 2011
1 comentario:
Gracias por volver... ya te echaba de menos.
J.
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