Hay una cosa a la que es necesario que te acostumbres, y es a leer todos los días (como un breviario) alguna cosa buena. A la larga penetra [...]. Nadie es original en el estricto sentido de la palabra. El talento, como la vida, se transmite por infusión, y hay que vivir en un ambiente noble, adoptar el espíritu de sociedad de los maestros. No hay nada malo en estudiar a fondo a un escritor con un genio totalmente diferente al que uno tiene, así no puede imitarlo.

Gustave Flaubert a Louise Colet, 7 de junio de 1853.

Calypso

Es en la misma calle que el Heartbreak y el California. No hay luces de neón anunciándolo, ni se refleja la media luna en sus cristales negros, pero tampoco hay necesidad de parafernalia: el que debe ir, sabe dónde está el hotel Calypso.
No hay música, no al menos desde que entré, y el ascensor es un hueco vacío por el que saltar cuando uno olvida por qué ha venido. Tampoco hay números en las habitaciones, ni nadie pregunta nada al entrar. No hace falta un botones para subir las maletas que nadie lleva, las maletas que no existen: para quien llega al Calypso no hay equipaje posible.
El primer día subí al segundo piso con los zapatos empapados y la mierda de los viejos días pegada en la piel. Atravesé el pasillo escupiendo la nada que me tosían los pulmones y llegué a una puerta que susurraba una pregunta incontestable, mi pregunta; la abrí.
Detrás de las luces apagadas había humo de incienso, una cama deshecha y en ella tu recuerdo tumbado, riéndose de mí, con un vestido hecho de noches. Me quité los zapatos, me sequé los pies, llené la bañera y sumergí en ella tu recuerdo hasta que se quedó allí, inmóvil en el fondo de un agua con un desteñido de fantasma. Me tumbé en la cama bocarriba, entre la niebla, sabiendo que por la mañana tu recuerdo me despertaría con un beso, de esos que huelen a hiel y saben a no saber qué más hacer para matarte. Aquí, en el Calypso, los días han dejado de ser días para ser sólo horas, y sólo se sale por el hueco del ascensor.
Midnight alone
Barcelona, 17 de mayo de 2011

8 comentarios:

Anónimo dijo...

¿"...y el hombre sin recuerdos"? yo con el texto había entendido otra cosa, corrígeme si me equivoco.
El texto me gusta mucho, en tu línea M. Fernández. La fotografía es bastante buena también.
Pero... ¿de verdad vas a dejar de poner imágenes de Jack Vettriano? me encantaba el diseño de tu blog y sinceramente ahora me parece un poco insípido.
No siempre los cambios son buenos... lo siento.

J.

Anónimo dijo...

Gracias...

Anónimo dijo...

El texto...como casi siempre, fantástico hasta para los que somos neófitos en estas lides. La foto. Deja un poco que desear, pero dejemos tiempo a la chica astroboreal y la letra seguro que la inspira.
Un beso. JF

Anónimo dijo...

Al leerlo he pensado, jo, que bueno, que bonito aunque del todo no lo entienda , me cuesta leer entre líneas. Notaba algo raro y no sabía el qué hasta leer el resto de los comentarios y , es que es verdad hay foto y ni me había percatado. Sigue jugando con las letras , me gusta.

Anónimo dijo...

El espejo de los sentimientos son las palabras, tu espejo refleja tu humildad, miedo, angustia, impotencia, sinceridad, inspiracion, amor e ignorancia.
Tus palabras acaracian con una suave brisa el lugar mas recondito dentro de mi, me hacen pensar y pensar, todo resulta absurdo y banal cuando la ignorancia nos roba la cartera.

Me pregunto el porque de muchas cosas y veo las respuestas en los rostros de las personas que habitamos este planeta, las respuestas estan en sus miradas de angustia de dolor pero en canvio de felicidad, no piensan mas allá de lo que no pueden responder, simplemente sobreviven.

Pienso en mi, y pienso mi ignorancia y desgracia de haber nacido en una cultura ignorante, la escasez de recursos ayuda a estas personas a ser mejores que nosotros.

Alguna vez hemos mendigado en la calle para conseguir alimento?

Alguna vez hemos tenido que ganarnos la vida desde nuestra niñez para poder traer un plato de comida?

Esto es lo importante, no la mendicidad intelectual que tenemos.
Gracias o por desgracia a el pais que nacemos desconocemos las cosas verdaderamente importantes y buscamos ocupar nuestra mente en algo, la pena es que ese lugar lo ocupa la ignorancia de la cual se alimentan millones de personas que desde que han nacido hasta ahora les han regalado todo lo necesario.

Increible tus textos Misael, un abrazo.

Anónimo dijo...

El anterior comentario no tengo idea de quien es, pero, perfectamente podría estar en un blog literario y su título sería algo así como: las verdades incomodas de nuestra vida. Pero sin duda no menos cierta por ello. Piénsalo .

Anónimo dijo...

Señor M. Fernández... me gustaría decirle que añoro sus actualizaciones con más continuidad.

À bientôt!

J.

Anónimo dijo...

Felicidades por tus pequeñas creaciones que nos deleitan el intelecto.
Supongo que como todo buen diseñador, necesita su tiempo para crear, tranquilo, seguiremos esperando a que llegue ese día, seguros que no se retrasará.
A! por cierto, nunca dejes que nadie te arrebate tu obra, siempre habrá leones rugientes intentando destruir lo que más amas.
Todos te echamos de menos, digo, echamos de menos tus obras.
Un abrazo