¿Te acuerdas? Hace tiempo nos gustaba pensar en hoy, en ese momento en el que nuestros pasos hubieran ido por caminos diferentes, de esos que creemos que no pueden cruzarse, y nos encontráramos. Yo no soy Oliveira, no puedo andar sin buscarte sabiendo que ando para encontrarte porque me cuesta respirar y acabo vomitando tu recuerdo. Yo te he buscado, y muchas veces: me he perdido, primero en los caminos en los que creía que podría encontrarte, allí donde todos se encuentran y empiezan de nuevo las historias, pero no estabas allí; luego seguía cualquier pista, cualquier miga de pan en el camino me servía para caminarlo, para perderme a mí buscando encontrarte. He visto tantos sitios, tantos mundos, tanta gente, y buscándote he encontrado pedazos de ti por todas partes. A veces he mirado otros ojos, he rozado otros dedos, y tu fantasma siempre me vigilaba desde una esquina lejana; los pasillos ya no son oscuros, ni desconocidos, y los secretos han perdido sus disfraces mientras tu fantasma se ha ido desvaneciendo.
Hoy ya no te busco. Hoy he encontrado lo que realmente buscaba: el camino, no el tuyo sino el que también me estaba buscando. Hoy, caminando en ese camino que lleva mi nombre grabado a fuego, te he encontrado sentada, esperando algo, sin saberlo esperándome, y nos hemos mirado, porque hace tiempo que nos gustaba pensar en hoy. ¿Te acuerdas?
Que lo importante no es llegar sino el camino en sí, miramos atrás y supimos que nadie volvería a vernos más.
Cruce de caminos Ana Olías |
Barcelona, 14 de octubre de 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario